SITIO ARQUEOLÓGICO EL IXTEPETE
El Ixtépete (fase Grillo: 450 al 900 d.C.)
El Ixtépete es un sitio arqueológico situado dentro de la mancha urbana de la Zona Metropolitana de Guadalajara, muy cerca del cruce de anillo Periférico Poniente Manuel Gómez Morín y Av. Mariano Otero, datado por Javier Galván en la fase Grillo (600-900 d.C.).
Es, sin duda, el sitio más estudiado del valle de Atemajac. Actualmente tres de sus estructuras están descubiertas y se encuentra abierto al público. Fue intervenido con “trabajos mayores” por José Corona Niñez (1955-1960), César A. Sáenz (1966), Javier Galván (1975), Marcia Castro-Leal y Lorenzo Ochoa (1976), y Daria Deraga y Rodolfo Fernández (1985).
El sitio arqueológico cuenta con un núcleo principal conformado por tres estructuras (que actualmente se encuentran descubiertas, si no completamente, por lo menos son visibles al público): las Estructuras I, II y III, nombradas así por los autores ya mencionados. y otras que aún se encuentran bajo la maleza.
El área donde se encuentran los montículos tiene una extensión de seis hectáreas, sin embargo, se reporta la existencia de restos habitacionales en la zona sur, suroeste, este y noroeste de los alrededores, alcanzando una totalidad de treinta y seis hectáreas.[1]
Imagen 1. Planta de Ubicación de las Estructuras de El Ixtépete (Fuente: Propio, realizado el 10/ABR/2017 en base a Gil y Sáenz, 2007, p:16 y 17 y al archivo DWG “Altimetría de la ZMG” de https://baulluma.jimdo.com/dwg/)
Estructura I
La estructura principal, llamada “Estructura I” (ubicada como “EI” en la imagen 1) es “un basamento piramidal con una escalera en cada uno de sus cuatro lados y una estructura de planta rectangular añadida en su esquina noreste”[2]
Esta estructura está compuesta por 5 etapas constructivas superpuestas, las primeras tres con las características teotihuacanas: Talud-tablero; y las posteriores, las dos últimas, (actualmente se encuentran incompletas) en las que se añadieron las escalinatas de los lados sur, este y oeste. Durante el último periodo, se añadieron las escalinatas del lado norte. Es importante mencionar que la composición no es simétrica.[3]
Las grandes dimensiones de la superficie de la estructura hacen pensar a los investigadores que probablemente existían templos en la cima de la misma, construidos con materiales perecederos que actualmente ya no existen, mismos que concuerdan con las escalinatas orientadas a los puntos cardinales.[4]
La estructura añadida al basamento en la esquina noreste de la estructura, fue investigada por César Sáenz, en donde después de las exploraciones realizadas en el sitio, se obtuvo la siguiente información:
Las exploraciones nos mostraron que se trata de un cuarto rectangular de 5.00 metros de E. a O. y 3.05 de N. a S., que fue rellenado en su totalidad curiosamente sólo con una especie de tierra arenosa sin ninguna piedra en el relleno. El muro E. a O. está formado por un gran talud el cual presenta una inclinación de 1 metro, y una altura de 4.90 metros, estando construida la cornisa por dos molduras muy cercana una de la otra, ocupando ambas en conjunto un ancho de 0.91 metros.[5]
Estructura II
La Estructura II (ubicada como “EII” en la imagen 1) es un montículo con dos basamentos pequeños y una plaza delimitada por muros bajos al norte y al sur, que es considerada como el “área religiosa del sitio”, aunque no se sabe con certeza la finalidad de la estructura. [6]
El acceso se encontraba en el basamento poniente, mismo que posee una escalinata hacia el exterior. Posee una superficie de 250 m2 aproximadamente y ambos basamentos están construidos con el mismo sistema constructivo de la Estructura I: un gran montículo de tierra recubierto con piedras unidas con lodo. Las piedras no eran trabajadas, pero se buscaba la mejor cara de la misma antes de su colocación. [7]
Estructura III
La Estructura III (ubicada como “EIII” en la imagen 1), es el elemento arquitectónico que se encuentra como remate visual al ingresar al sitio arqueológico. Se cree que esta estructura tenía función como un conjunto habitacional, aunque no se cuenta con mucha información.
Información adicional
Dentro del polígono de El Ixtépete, se encontraron figurillas de barro en excavaciones dentro de lo que hoy es considerado el sitio arqueológico, e incluso en sitios cercanos a éste, conseguidos por donación. Debido a que fueron encontrados superficialmente, no pudieron ser datados de acuerdo al principio arqueológico de estratigrafía. Se cree que fueron desenterradas por el desbordamiento del arroyo cercano o por el arar de las tierras para la siembra. A pesar de esto, los arqueólogos creen poder datar las figurillas por sus características:
Aunque podríamos fechar estas figurillas del Occidente, de un tipo semiarcaico bastante evolucionado, más o menos entre los siglos VI y VII de nuestra Era, consideramos que las figurillas aquí descritas son de época tardía a pesar de las características que presentan, pues han sido encontradas casi a flor de tierra y a profundidad. Es seguro que esta clase de figurillas con características del preclásico y teotihuacanoides se siguieron fabricando en la región hasta la fecha muy reciente y posiblemente hasta la época de la conquista.[8]
En cuanto a la arquitectura funeraria, se encontró una tumba de caja con 31 artefactos prehispánicos: quince ollas tipo Ixtépete Blanco/Guinda; catorce copas del tipo Ixtépete “ahumado”; dos ollas decoradas con la técnica del pseudocloisonné, un molcajete miniatura y una batea retrabajada.
Imagen 2. Planta de la Estructura I. (Fuente: El Ixtepete: zona arqueólogica, estudios y exploraciones, 2007, p:38)
Imagen 3. Planta de la Estructura II. (Fuente: El Ixtepete: zona arqueólogica, estudios y exploraciones, 2007, p:40)
[1] Gil Flores y Saenz, El Ixtepete: zona arqueólogica, estudios y exploraciones.
[2] Gil Flores y Saenz... p. 35.
[3] Gil Flores y Saenz.
[4] Gil Flores y Saenz.
[5] Gil Flores y Saenz... p. 21
[6] Gil Flores y Saenz.
[7] Gil Flores y Saenz.
[8] Gil Flores y Saenz... p. 28